Otra nueva temporada llega a su fin, y con ella sus inevitable y respectiva memoria: esfuerzo, recuerdos, anécdotas, momentos de estrés, autorrealización personal y profesional, viajes, clases, conciertos, nuevas y viejas amistades, cursos, exámenes, risas, emociones y otro largo etcétera, pero lo más gratificante, es que todo ha sido, en todo momento, rodeado de música y músicos.
Una de las herramientas imprescindibles para seguir mejorando es la autoevaluación, por lo que, al final de todo este camino recorrido durante el curso 2017-2018, toca mirar hacia atrás, coger impulso y fabricar nuevas ideas, retos y planes para empezar la siguiente con mayor fuerza e ilusión.
El comienzo del curso estuvo marcado por la importante decisión de abandonar mi cómodo y seguro puesto como músico en las Fuerzas Armadas. Después de casi 2 años de estancia en el cuerpo tras aprobar, dejé atrás mi antiguo destino en León, ciudad donde ejercía con mi tuba. Muchos me han tachado (y siguen tachando) de loco, pero, simplemente, no era ni el lugar, ni el momento, ni la persona adecuada. Necesitaba alas, y el tiempo dirá si para estrellarme o para permitirme volar. He de decir que, a día de hoy, estoy plenamente conforme y orgulloso con la decisión que tomé.
En ese contexto no quedaba otra que esforzarse al máximo y compaginar una intensa temporada a caballo entre lo académico y lo profesional. De tal forma, me decanté por realizar estudios de posgrado y me matriculé en el Master Universitario en Liderazgo y Dirección de Centros Educativos en la Universidad Internacional de La Rioja. Hace escasos días que he terminado, y mi experiencia, tanto con este máster como con la universidad, ha sido muy positiva y enriquecedora. Por otro lado, obviamente, tuve que reducir al mínimo la carga académica de los otros que estudios que realizo hace 3 años, como hobbie y mero desarrollo personal, por la UNED: Grado en Filosofía (con el que tengo una cuenta pendiente para septiembre).
Durante este año, el grueso de mi actividad profesional ha sido protagonizada por la dirección y docencia (como diría alguno que yo sé, multi-cátedra) de las escuelas de música que he regentado: la Escuela Municipal de Música de La Guardia, como cuarto año consecutivo, y la Escuela de Música “Ispium Musical” de Yepes, ésta última en su puesta en marcha y primer año de vida, ambas situadas en municipios toledanos. La experiencia y trabajo en ambas, cada una dentro de su fase de desarrollo y madurez, ha sido bastante positiva y, aunque hay que seguir construyendo y perfeccionando los proyectos, hay que estar satisfechos. Por suerte, me he sabido rodear de estupendos profesores que han ayudado, en todo momento, a que todo fluya y transcurra con éxito. Desde aquí, gracias.
En el ámbito de la interpretación, mi tubas y yo hemos superado múltiples crisis en nuestra relación, ya que, aunque no he dejado de estudiar en ningún momento, ha habido épocas de flaqueo debido a un constante flujo de quehaceres y responsabilidades (el máster ha sido bastante duro y esclavo). No obstante, quién tuvo, retuvo, y cuando me he puesto las pilas durante unos días, todo ha ido a su sitio y los resultados “calidad-precio” han sido muy buenos. Como desde hace ya 5 años, he seguido colaborando asiduamente con la Orquesta Clásica Santa Cecilia y, entre otros proyectos sinfónicos y camerísticos que han ido saliendo, también he tenido el enorme placer de dejarme caer por la Banda Sinfónica Municipal de Madrid. Teatro Real y Auditorio Nacional de Madrid, Palau de Les Arts en Valencia, Teatro de la Maestranza y Auditorio Miguel Delibes de Valladolid son algunas de las salas en la que he podido tocar estos últimos meses.
En cambio, la batuta y yo nos hemos encontrado muy bien, después de cuatro temporadas desde mi bautizo como director en la Banda Municipal de La Guardia, siento que voy madurando los conceptos, experiencias y perspectivas a la hora de gestionar el repertorio, ensayos y actuaciones. A lo largo de estos meses, además de los conciertos y actividades cotidianas dentro y fuero de nuestra localidad, tuvimos un par de citas extraordinarias de las que siempre guardaré un grato recuerdo, y hablo de los concierto que dimos en el Teatro Rojas de Toledo y el Teatro Lope de Vega de Ocaña, dos salas a las que, por motivos personales, estoy muy unido. Grandes momentos y rodeado de grandes cómplices a los que aprecio más de lo que ellos creen.
La cantidad de sabiduría musical que el ejercicio responsable y coherente y el estudio de la dirección musical aporta me parece absolutamente brutal y recomendable. A pesar de que el grueso de mi formación en este ámbito parte de la valiosa y por todos conocida escuela del Maestro Enrique García Asensio, este año he explorado nuevos enfoques de la mano del activo director Miguel Romea, sin ninguna duda, sus lecciones y consejos me hicieron reflexionar y aún me siguen aportando cada vez que me dispongo a hacer y coordinar música.
Otro de los puntos fuertes ha sido mi actividad formativa en colegios y escuelas de música a través del TALLER PARTICIPATIVO DE INICIACIÓN CON INSTRUMENTOS DE PLÁSTICO. Con él, he visitado hasta 12 diferentes centros en los que habré trabajado con, muy posiblemente, más de 1000 escolares distintos de entre 4 y 12 años. Lo bien que me lo puedo llegar a pasar solo es comparable con mi capacidad para perder la voz después de cada intensa jornada.
[TALLER PARTICIPATIVO DE INICIACIÓN MUSICAL CON INSTRUMENTOS DE PLÁSTICO]
En lo concerniente al propio blog; creación y gestión de contenido y presencia en las redes sociales, empecé la segunda temporada con ganas e ilusión, apostando, sobre todo, por la calidad frente a la cantidad. En enero, emprendí el nuevo y complementario canal de YouTube: En Clave de Letras. Un nuevo mundo se abría por delante y, a pesar de que los resultados me estaban satisfaciendo, decidí bajar la marcha antes de adentrarme más. Simplemente, todo tiene un límite; el curso se estaba poniendo cuesta arriba, el último trimestre se las prometía y, lejos de querer crear y difundir contenidos de baja calidad, establecí lo que en términos agrícolas se denomina “un barbecho”. Además, tengo ese pequeño y mundano vicio de tener vida personal y esas cosas. En agosto volveremos a la carga con una inmensa agenda llena de ideas.
EN CLAVE DE LETRAS: CANAL DE LIBROS DE MÚSICA Y/O PARA MÚSICOS
Y hasta aquí el resumen de lo acontecido a lo largo de este 2017-2018. Partiendo de ello, así como de las experiencias y reflexiones que subyacen, toca prefijar nuevas direcciones y metas hacia las que encaminarse antes de unas merecidísimas vacaciones:
EN LO ACADÉMICO…
Bueno, como ya he llegado hasta aquí, y como dicen en los concursos televisivos, “hemos venido a jugar”, el próximo octubre frecuentaré, si nada lo impide, la Escuela de Doctorado de la Universidad de Castilla-La Mancha, donde empezaré a redactar la tesis sobre Educación, Artes y Humanidades, que ya se ha visto esbozada en el Trabajo de Fin de Máster (TFM, no Cifuentes) sobre el análisis comparativo de centros de formación musical, y con especial atención a los centros integrados de música. También toca retomar y darle un poquito de caña al inglés y, por supuesto, seguiré filosofando en los ratos libres a manos de la UNED.
EN LA EDUCACIÓN…
De momento, seguiré gestionando con pasión y esmero las dos escuelas de música, así como impartiré con esfuerzo e ilusión todas las clases y asignaturas que el próximo curso traiga consigo. Estoy estudiando la incorporación de una serie de modificaciones que, dada la naturaleza flexible de este tipo de centros de formación, velarán por seguir aumentando la calidad de la educación impartida e intentar llegar al mayor número de alumnos posibles.
Muchos, y de muchos lugares, serán los colegios y escuelas que se prevé visitar con el TALLER PARTICIPITIVO DE INICIACIÓN MUSICAL. Hasta ahora, Toledo, Cuenca, Madrid, Guadalajara, Ciudad Real y Salamanca serán las provincias que visite a lo largo de los primeros meses del próximo curso con mis instrumentos de plástico y todo el conjunto de emociones y herramientas de aprendizaje que, con su ayuda, se pueden cosechar.
EN LA INTERPRETACIÓN…
Después de un año un poco más alejado del latón que los anteriores, en agosto volveremos a la carga con más energía que nunca. De hecho, no me he ido de vacaciones y ya tengo ganas de volver a ponerme a estudiar y poder hincar el diente a todo lo que está por venir.
Además de seguir colaborando con las orquestas y bandas con las que suelo frecuentar, se abren nuevos e ilusionantes horizontes en el mundo de la música de cámara y de estilos antagónicos que, totalmente, se salen de mi zona de confort; la música moderna y la música antigua (¡con proyectos discográficos incluidos!). Para rematar, me he propuesto retomar mi faceta de concertista y montar (o recuperar) nuevo repertorio para tocarlo de solista con banda. Quizás, también me anime con alguna prueba de orquesta que, desde las audiciones de tuba solista de la Orquesta Nacional de España en enero de 2017, no he hecho ninguna.
EN LA DIRECCIÓN MUSICAL…
De momento, siento la necesidad de seguir conociendo nuevos maestros y profesores de los que aprender, nuevos enfoques y técnicas que me permitan continuar ampliando. Aún, por diversos motivos, no creo que haya llegado el momento de profundizar en ninguna escuela ni de embarcarme en ninguna formación más seria tipo academia o máster, por lo que intentaré seguir haciendo 2 o 3 cursos durante la próxima temporada, como hasta ahora. De todas formas, todo se verá.
Respecto a la Banda Municipal de La Guardia, siento que los próximos meses van a ser dulces para su trayectoria y evolución; la mayoría de los componentes están aumentando mucho su nivel técnico, así como también su madurez musical y podremos atrevernos con nuevos retos en cuanto a actuaciones y repertorio.
EN EL BLOG Y LAS REDES SOCIALES…
Después del antes mencionado “barbecho internauta”, toca volver a la carga con nuevas ideas, contenidos, textos, reflexiones y, claro está, retomar el canal de YouTube que, lejos de buscar grandes resultados mediáticos y divulgativos, nació para satisfacer una serie de ambiciones e intereses personales.
Durante los últimos meses, he estado reflexionando sobre las redes sociales y la relación que me une con ellas. Como resultado, creo que volveré con más ganas que nunca de crear y comunicar con calidad, de hacer un uso responsable de las mismas e intentando llegar a aquellas personas que, humildemente, les puedo llegar a aportar algo en sus vidas personales o profesionales. Y el que no, que no mire.
Posiblemente, a prácticamente nadie le puede llegar a interesar todo el sermón que aquí acabo de plasmar, pero mi principal intención no es interesar, sino expresarme y, así, ordenar mis ideas, experiencias y ayudarme a coger impulso y energía para lo que está por venir. La vida es un proceso de mejora continua; hay que adaptarse al entorno físico y social, evolucionar y, todo ello, solo es posible mediante la autodeterminación y la autoevaluación.
Ahora, toca descansar. Dentro de escasas horas me espera un gran viaje por el continente asiático, muy bien acompañado y de algo más de 20 días donde no espero descansar, pero si espero formatear mi mente, dejando atrás las impurezas del estrés y la inercia de la monotonía conociendo nuevos lugares y culturas. Nos vemos a mediados de agosto. Tendréis noticias mías.
EDUARDO SÁNCHEZ-ESCRIBANO GARCÍA DE LA ROSA